Sunday, July 1, 2007

El común denominador del padecimiento.

La hermandad cristiana es una comunidad religiosa que se encuentra en todas partes del mundo y puede ser establecida en culquier lugar; por igual hemos creido y creemos en la Palabra de Dios contenida en La Biblia. Compartimos la misma fe concordando también con lo que, como ejemplo, se dice en el libro de la carta del apóstol Pablo a los Efesios 4:1 (entre muchos otros pasajes) ".......Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 4:2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,4:3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4:4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 4:5 un Señor, una fe, un bautismo, 4:6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos......." Pero juntamente con esto también existe la cuota de padecimiento que Dios nos impone como cuando, entre otras tantas veces, lo expone al dirigirse a la Iglesia de Cristo de Esmirna en Apocalipsis 2:10 diciendo: ".......No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida......." Muchas son las formas de padecimiento con las que un cristiano se puede confrontar porque el hecho de optar por la fe en Cristo Jesús como una forma de vida implica la renuncia a los placeres mundanos y de por sí, la tal implicancia o renuncia, nos hace enemigos de quienes las practican. No que nosotros busquemos la enemistad con aquellos sino que aquellos, quienes las practican, ven en nosotros una amenaza que se yergue sobre ellos para demandarles, por nuestra buena conducta, las razones por su disolución.Debemos establecer una diferencia en las causas del padecimiento porque hay quienes padecen como consecuencia de sus pecados y aunque el padecimiento que sufren también Dios lo permite, este no es para glorificación como en el caso de los cristianos sino para corrección. En todo caso las dos formas de padecimiento son para una mejoría de quien o quienes lo sufren solo que el padecimiento que conduce a la muerte es condenación para el pecador y gloria para el converso.Se establece con todo esto y con mucho más que los cristianos tenemos también en común el padecimiento y que no debemos atemorizarnos por ello porque, si a la muerte nos conduce, tenemos por descontado la corona de Dios por la práctica de nuestra fe. Sabemos, por cierto, que la muerte es inminente para todos los seres humanos; pero una cosa es padecerla en la gracia de Dios y otra muy diferente en la desgracia del diablo.En la 1ra. carta de Pablo a los Tesalonicenses en el versículo 2:14 se nos dice ".......Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra propia nación las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos, 2:15 los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, 2:16 impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo......." Es un motivo de consuelo el conocimiento de saber que los hermanos del primer siglo padecieron lo mismo que nosotros podemos padecer o padecemos en esta vida por causa de la práctica del cristianismo. También hemos de tener en cuenta que los que nos causan un sufrimiento a drede están también sujetos a su vez a padecer el desencadenamiento de la ira de Dios sobre sus cabezas. ¿No dice también la Escritura que: ".......¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!......." en Hebreos 10:31?También muchas son las veces en que los cristianos padecemos por nuestra cristiandad a manos de nuestra propia familia. Muchos han sido expulsados de sus hogares y despreciados por sus amistades y para muchos también esto les ha significado un padecimiento como la misma muerte. Sin embargo Dios, en su suprema sabiduría, ha previsto el consuelo para cada uno de nosotros otorgándonos nuevos hogares con hermanos y hermanas que han hecho muchas veces las veces de padres, madres, hijos, hermanos y de toda nuestra parentela y pertenencias multiplicándolas prodigiosamente.Siempre debemos estar atentos al padecimiento que Dios nos pone por delante y sobre todo cuando este es para corrección porque ello es el significado y la comprobación del amor de Dios a nosotros porque reza la escritura en Hebreos 12:6 ".......Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo......." De manera que no os conturbéis si Dios os toca con algún padecimiento sino más bien alegraos por la dicha de saber que lo hace por el amor que nos tiene.